Retornando al Vacío

Retornando al Vacío El camino del Zazen, es el camino hacia el principio, hacia el origen, hacia el utero. El camino del Zazen es el camino a nuestro principio. Hasta donde puede nuestra conciencia recordar? Quiza hasta los tres o cuatro años, imágenes turbias y borrosas que se pierden en la memoria. Sin embargo, hay mucho mas de nosotros mismos alli en el principio de nuestras vidas que no somos capaces de ver, ni sentir. Donde comenzó nuestro camino en la vida? En nuestros primeros recuerdos…? O en aquello que no es parte de nuestra conciencia. Si no es parte de nuestra conciencia, donde estan nuestros primeros pasos en esta vida? Se perdieron…? como en la arena las huellas que el mar borró con sus olas? Lo cierto es que antes de Ser, hay un No-Ser, Antes de La Luz esta la Oscuridad, es la ley del Universo. Antes de llenarnos en este mundo estaba el Vacío. El Wu-Wei señalado por los sabios de Oriente. Zazen es el camino de retorno a este origen, es el camino de retorno a nuestra primera presencia en el mundo. En silencio y quietud retornamos naturalmente al Utero, retornamos a nuestra condición inicial de vacío. Es un volver al principio. Este camino será tan largo, como colmados estemos de deseos y ambiciones. Mientras mas apegados y llenos estemos a nosotros mismos mas dificil será llegar. Pocos han llegado, en su retornar, a tocar las puertas del vacío y entrar en él. Los antiguos nos dicen que del vacío viene todo el Universo, es la creación misma revelandose. Y esa es la oportunidad de este camino de regreso, esa es la oportunidad de tocar el vacío. És ser parte de la creación misma, es renacer a nosotros mismos tantas veces, que cada despertar es un Nuevo Sentido que brota en nuestro Ser. Y parecerá que tendremos diez mil ojos, diez mil oidos, diez mil narices y diez mil manos. Y en realidad es que comenzamos a ser Uno con el Universo y con el Tao. Zazen, el camino hacia nuestro interior, el retorno a nuestro principio, a nuestro origen… el Vacío. Lugar desde donde el universo, también comenzó su camino. Rodrigo Sandoval 1er Kyu Dojo...

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Do, trascendiendo la frontera física

Do, trascendiendo la frontera física Son muchos los caminos que tomamos en la vida, pero sólo uno, en la oscuridad y el silencio, siempre va hacia el interior. Realizar la vía es lo que señalan los maestros, es cuando la vida y la vía son lo mismo. Descubrir la vía, dominarla después, sólo entonces el camino interior se refleja al mundo, sólo entonces el Do se revela. Paciencia y honestidad, viviendo mas allá de lo inmediato, la armonía de los dos mundos, llegarán para resolver el combate. Cuando la oruga se convierte en mariposa, los sentidos ya no estarán inspirados por la tierra, su inspiración vendrá desde el cielo. El “DO” siempre ha existido esta en la naturaleza, esta en todas las cosas. El espíritu que despierta revela lo que es subyacente, corazón y mente en armonía y así un día emergerán desde un espíritu fuerte las virtudes legadas del KaraTe-Do Rodrigo Sandoval F. 1er Kyu Dojo Sanchin...

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Educar a los hijos con un poco de hambre y un poco de frío

Educar a los hijos con un poco de hambre y un poco de frío El amor que les tenemos a nuestros hijos nos lleva muchas veces a cegarnos y a olvidar lo que los hará felices a la larga. Es muy común en estos tiempos que los padres de familia, sobre todo los de ciertos recursos económicos, les construyamos un mundo irreal, sacado de un cuento de Walt Disney, aislándolos así de la realidad. Cuando tarde que temprano el cuento termina, nuestros hijos se enfrentan a un mundo que desconocen, que no comprenden, lleno de trampas y callejones sin salida que no saben sortear, y las consecuencias son peores a las que quisimos evitar. Hace poco la imagen de un padre con lágrimas en los ojos conmovió profundamente al mundo entero. Pelé, el gran ídolo del fútbol de los últimos tiempos, quien a diferencia de otras ocasiones, dio una de las ruedas de prensa más tristes y dolorosas de su vida: su hijo, Edson de 35 años, fue arrestado junto a 50 personas más en la ciudad de Santos-Brasil. El hijo de Pelé fue acusado de asociación delictiva con narcotraficantes y puede ser condenado a 15 años de cárcel. Con lágrimas en los ojos, el ex futbolista brasileño admitió públicamente que su hijo resultó involucrado en una pandilla de traficantes de cocaína arrestados por la policía. Pelé dijo a los medios: «como cualquier padre, es triste ver a tu hijo metido en grupos como ése y ser arrestado, pero él tendrá que sufrir las consecuencias». Y agregó, «desafortunadamente, yo quizás estaba demasiado ocupado y no me di cuenta. Es lamentable, porque yo siempre he peleado contra las drogas y no noté lo que pasaba en mi propia casa». Pelé es un personaje mundial admirable como deportista y hombre honesto que no perdió su humildad como otras figuras del deporte. Sin embargo, es triste que un hombre bueno y talentoso como él se haya «distraído» en su jugada más importante: la formación de sus hijos. La historia de Pelé no es un hecho aislado. Por desgracia es la vida de cientos de padres de familia de estas épocas atrapados en una agenda saturada de trabajo y de compromisos fuera de casa. Papás que compensan la falta de atención a sus hijos con bienes materiales. Los inscriben en las mejores escuelas, los rodean de lujos y comodidades y piensan que con eso ya cumplieron con su tarea de padres, cuando lo único que han logrado es formar niños que desconocen el hambre y tiran lo que no les gusta. Hijos tiranos, pequeños monstruos insoportables y prepotentes que sufrirán y harán sufrir a sus semejantes porque desde pequeños se han salido con...

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Tanto Miedo

Tanto Miedo “Crecer es aprender a tener miedo.” (Roberto Merino). — Mientras los demás caían y rodaban hasta con elegancia, yo, por más que repitiera el movimiento, no podía caer como se me instruyó, sino pesadamente, sobre mi zona lumbar. Sólo cuando los ejercicios concluían pude sentir, apenas por un instante, que rodaba en torno a mis hombros, de un modo más o menos parecido a cómo se nos indicó. De la “rueda”, mejor ni hablar. Era claro: tenía miedo a golpearme y sentir dolor. Se ha escrito que el temor del hombre normal es siempre motivado y sólo puede existir en relación a la posible pérdida de un bien que se valora. Aun el miedo a lo desconocido es, en el fondo, un temor a perder lo ya conocido. Así por ejemplo, el miedo ante la muerte, la mayoría de las veces, es sólo un temor a perder la vida y lo que cada cual atesora de ella. Es por eso que sólo puede ser feliz, escribió Séneca, “el que, gracias a la razón, no desea ni teme”. Lo que quiere decir que el hombre, para ser dueño de si mismo y suprimir el temor, debe primero renunciar al deseo. Se ha dicho incluso, con ironía, que en el deseo existe una intrínseca y trágica paradoja, ya que surge de la intención de obtener un bien o de evitar un sufrimiento y es, al mismo tiempo, la causa que engendra tanto el sufrimiento como la frustración. Pero el miedo y la infelicidad no surgen del natural deseo de vivir con bienestar, sino de la compulsión por acopiar lo que no se necesita: lo superfluo y lo banal; la gloria y los honores del mundo. Son esas falsas expectativas de la conciencia socializada las que apresan la vida del sujeto y someten su libertad a una pauta de deberes autoimpuestos que alienen y desvirtúan la espontaneidad de su conducta. Vivir sin miedo es vivir sin norma. Pero la mente es norma y, por eso mismo, miedo. Sólo puede entonces extirpar el miedo e intentar su felicidad quien trasciende su propia mente: quien se libera de esa caparazón que, según Durkheim, impide percibir el milagro del ser y vivir su plenitud. Luego, el verdadero y único antídoto contra el miedo es alcanzar la verdad profunda del Sí mismo: esa verdad que, desbordando los pequeños propósitos del ego, nos identifica con los valores superiores de la conciencia y que siendo tan íntima, al mismo tiempo, nos trasciende hacia algo más grande que nosotros mismos. Jorge Ignacio Cerda Mardones. Mayo 2007 Cinturón blanco, 8° kyu. Dojo...

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Lavando el Karate-Gi

Lavando el Karate-Gi “Sólo vivo del todo / cuando vuelvo a ser niño”. (José María Valverde). — Hace unos días, mientras el otoño distribuía su equipaje, yo aprovechaba los estertores de un sol ya deslavado y raído, lavando mi karate-gi. Envuelto por el sonido del agua que escurría entre mis manos, recordé que las noches anteriores me había dormido más temprano: un hecho aparentemente simple, pero relevante para mí, porque antes de recalar en el dojo me daban altas horas de la noche, buscando un sueño hacía largo tiempo extraviado. Las últimas semanas transcurrieron raudas. Las vi pasar desde el vértice nor poniente del tatami, junto al umbral de ingreso al dojo: lugar perfecto para quien se inicia, por la visión panorámica que ofrece, ya que un principiante suele aprender no sólo por lo que lee y escucha, sino sobre todo por lo que ve. “La imitación y la repetición son muy importantes en el Karate – do”, me dijo un sempai del dojo, cuando pregunté por ciertos despliegues que no retuve del todo. Luego recordé una práctica en que Sensei Bustamante ordenó una serie de ejercicios que me transportaron directamente a mis años escolares: correr con piernas y manos sobre el tatami; el salto del conejo, el salto del tigre sobre el tronco; cargar al compañero sobre los hombros, y luego en los brazos. En un momento, cuando mi compañero regresaba al punto de inicio conmigo en brazos, pude ver a un Sempai mirándome con una mueca de extrañeza. Mientras me preguntaba por qué, sentí que mis músculos faciales estaban tensos y fijos, y que una brisa tenue recorría mi dentadura, completamente expuesta: traía dibujada en mi cara una sonrisa de oreja a oreja. Un calor bañó mi pecho y me invadió una extraña sensación de pudor. Quizás era piedad, compasión por mí mismo, porque no recuerdo la última vez que me sentí contento. Había pasado demasiado tiempo conviviendo con la rigidez de mi rostro, adivinándolo noche a noche tras el reflejo perdido de la pantalla del computador, entre una haz de letras borrosas. Cuando colgaba el karate-gi el sol ya se ponía tras la cordillera de la costa, presidiendo un arrebol rojizo con trazos azulados. En un momento, uno de los últimos rayos solares dio de lleno en el blanco radiante del karate-gi, produciéndose el llamado efecto albedo: la luz solar rebota sobre un plano blanco, y la observación del fenómeno hiere la vista de quien no protege sus ojos. He sabido que en Karate – Do, el color blanco del cinturón del principiante representa la semilla que germina bajo la nieve. No sé qué tenga que ver con el efecto albedo, pero sospecho que algo. Jorge...

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Kami, Tengu y charla con Sensei Akamine

Kami, Tengu y charla con Sensei Akamine KAMI y TENGU KAMI es el sonido de un kanji japonés, cuya traducción Occidental podría ser Divinidad o Dios. Pero el significado de la palabra japonesa Kami no puede ser considerado de la misma forma que el significado de la palabra Dios en Occidente. Hay Dioses Superiores adorados por la fe del hombre, cuyos poderes están por encima de la naturaleza. A estas Divinidades Superiores se les llama Kami Sama. La traducción occidental de Kami Sama podría ser «Honorables Dioses», pero ambos kanji juntos (Kami y Sama) conforman el concepto «Divinidad Celestial». La Altísima y Venerada Diosa del Sol, Amaterasu-no-Mikoto-Kami Sama, es la divinidad más alta. El Venerado Dios del Océano y las Tempestades (Susanoo-no-Mikoto) y el Venerado Dios de la Luna (Tsuki-no-Mikoto) también son Kami Sama. Izanagi fue el primer hombre e Izanami la primera mujer. Ambos dioses de los vientos – e hijos de los primeros Dioses – fueron hermanos y esposos, y de su unión nacieron varios dioses. Cuando nació el último hijo de ambos (el dios del fuego), Izanami murió por una infección en la vejiga y pasó a morar en el reino de las tinieblas. Izanagi – considerándolo responsable – mató al dios del fuego y viajó al reino de las tinieblas para rescatar a su hermana y esposa. Pero al haber bebido agua de la zona oscura, Izanami se había contaminado de maldad, cerrándose así la puerta de regreso. Perseguido por la propia Izanami – y otras criaturas – Izanagi escapó de aquel tenebroso lugar y se purificó bañándose en un lago. De este baño purificador nacieron Amaterasu, Susanoo y Tsuki, quienes se convirtieron en los gobernantes del universo. Hay otras divinidades inferiores que también son Kami (sin el sufijo honorífico Sama), cuyos poderes están por encima del control del hombre. Para los japoneses todo poder que esté por encima del control humano es Kami. El trueno, los huracanes, los terremotos y los dragones son Kami. Algunos espíritus humanos también son Kami. Hachiman Shinja es el templo donde están los restos del Emperador Ojin, cuyo espíritu es considerado como Kami. Algunos animales sobrenaturales como la serpiente alada (o dragón) universal (Ryu Fa) son Kami. Se considera que algunos animales terrenales como el tigre (Tora), el águila (Washi) – y algún otro – están poseídos por un Kami y pueden desarrollar su poder. También algunos humanos pueden ser poseídos por un Kami y pueden desarrollar su poder. El concepto de Kami también se puede expresar con el kanji Jin, o con el kanji Shin, y de este sonido (shin) proviene el nombre de una de las más importantes religiones de Japón, cual es el Shintoísmo. Así mismo,...

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