Tao Te King, Verso 11

Treinta radios convergen en un solo centro; Del agujero del centro depende el uso del carro. Hacemos una vasija de un trozo de arcilla; es el espacio vacío de su interior el que le da su utilidad. Construimos puertas y ventanas para una habitación; pero son estos espacios vacíos los que la hacen habitable. Así, mientras que lo tangible tiene ventajas, es lo intangible de donde proviene lo útil. Lao...

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Tao Te King , Verso 9

Para mantenerse en la plenitud, ¡cuánto mejor detenerse a tiempo! Si continúas afilando y usando la espada, no durará mucho tiempo su filo. Si llenas tu casa de oro y jade, no podrás protegerla continuamente. Si acumular riquezas y honores, sólo cosecharás calamidades. Esta es la Ley del Cielo: ¡Retírate una vez realizada tu labor! Lao Tse

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Extracto de relato escrito por Sensei Pa Chi (QEPD) en su experiencia como alumno del maestro Akamine

… ”En la década de los 50s, el Karate era prácticamente desconocido en Uruguay. Como Artes Marciales solamente se practicaban Savate (sistema de combate francés), Ju Jitsu, y algún estilo chino no específicamente conocido. Pero lo que más se había desarrollado era el Judo (forma deportiva del Ju Jitsu). En algunos lugares, algunas personas decían enseñar algo que era llamado «defensa personal», que era una especie de «cocktail» de las previamente mencionadas disciplinas. Al final de los años 50s, aquellos que en aquel entonces practicábamos Judo, tuvimos la oportunidad de asistir a una excelente exhibición de un Artista Marcial venido de las Islas Filipinas. Pero fuimos solamente dos, el Mayor Aquiles Faggiani y yo, quienes atraídos y gratamente impresionados por esta nueva disciplina, decidimos salir a la búsqueda de alguna persona que nos instruyera. Así, en el año 1960 encontré en San Pablo (Brasil) al Maestro Seiichi Shikan Akamine y se lo informé al Mayor Faggiani, quien, aprovechando su condición de oficial de la Marina uruguaya, logró que esta institución le enviara una invitación oficial para que hiciera algunas exhibiciones en Uruguay. En esta primera oportunidad, el Maestro Akamine estuvo solamente siete días en nuestro país, donde realizó algunas exhibiciones en distintas instalaciones militares (una de ellas en nuestro Dojo sito en un local llamado Círculo de Armas), pero no dejando ninguna Escuela, ni Organización, de Karate establecidas. Durante algún tiempo, el único contacto que tuve con el Maestro Akamine fue a través del Mayor Faggiani, porque el tema continuaba manejándose oficialmente a través de la Marina de nuestro país. Pero con el correr del tiempo el interés del Mayor Aquiles Faggiani en el Karate del Maestro Akamine se diluyó y, habiéndose vinculado a un Maestro de Shotokan (también radicado en Brasil), decidió abrir una organización donde se comenzó a entrenar este estilo. Decidí entonces volver al Dojo del Maestro Akamine, sito en la Asociación Brasilera de Karate, que en aquel momento estaba radicado en uno de los sótanos de un local establecido en la Rua Tabachinhuera (San Pablo). Así comencé a viajar asiduamente a Brasil y me convertí en el primer alumno uruguayo, personal y directamente entrenado por el Maestro Akamine. Entrenaba todos los días, menos los domingos, en prácticas muy intensas de dos turnos (4hrs. de mañana y 3 hrs. de tarde/noche), a las cuales en Uruguay no estábamos acostumbrados. Aunque continué dando clases en el Círculo de Armas, decidí abrir otro Dojo de forma de poder volver a invitar al Maestro y, en 1962, viajé a San Pablo especialmente para invitarlo. Luego de una reunión muy importante en la que participaron algunos de sus alumnos de mayor confianza (Nobukasu, Saito, Moggi y algún otro), y en...

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