I Ching
I Ching El I Ching es un tratado escrito en china en diferentes épocas, todas ellas antiquísimas. La traducción más popular de la palabra «I Ching» es «Libro de los Cambios», donde «I» alude a la idea de cambios y «Ching» hace referencia a que es un libro que tiene relación con Confucio, un filósofo Chino. El I Ching se compone de líneas continuas y discontinuas las cuales representan las ideas de Yang y Yin, sobre lo cual todo lo que existe se expresa. Las líneas continuas y discontinuas son agrupadas en grupos de seis en todas las combinaciones posibles dando como resultado 64 grupos llamados Hexagramas. Cada hexagrama es una imagen que contiene una manifestación de forma intrinseca de la energía en mundo de los hombres, es decir, la energía en aquel lugar situado entre el cielo y la tierra. «Los antiguos decían que el gigante Pan Ku creó el mundo cuando separó el Cielo de la Tierra con una gran hacha. Las montañas y los mares cayeron en sus respectivos lugares; las hierbas y los árboles, germinaron del suelo, y los animales comenzaron a vagar sobre la tierra. Entonces, la diosa Nu tomó polvo amarillo, lo mezcló con agua de manantiales y formó una pequeña figura…» Lie Tse. Eva Wong. Cada hexagrama puede dividirse en grupos de tres líneas, continuas o discontinuas, llamadas trigramas. La cantidad de trigramas posibles son ocho, los cuales representan las ocho imágenes ancestrales del mundo que permanecen en el tiempo. Imágenes Ancestrales El Cielo. Al mirar al cielo logro ver la inmensidad de lo intangible y de aquello que nos cubre por doquier. El sol, la luna y las estrellas se suspenden de forma misteriosa de aquel lugar desde donde los sueños, nuestros sueños, germinan. Desde allí descendió nuestro espíritu y allí donde asenderá, cual vapor intangible y sutil. Comtemplando el trigrama siento la fluidez de sus líneas y su voluntad, mostrándose su naturaleza Yang en todos sus niveles. La voluntad del trigrama la veo en su movimiento, la expresión del cielo. La Tierra. Bajo mi mirada para observar la Tierra que descanza y permanece. Recojo un puñado y ella no se opone, por el contrario se entrega. Toda la vida florece en la entrega de la tierra, entrega que se vuelve abrigo y apoyo. Esta se brinda a si misma para entregarnos un lugar sobre el cual caminar. Mirando al horizonte veo al cielo que se vuelve una esfera y como dos manos toma a la tierra sosteniendola. El trigrama muestra esta quietud, no hay movimiento. La quietud convertida en entrega, humilde e incondicional a la vida de los diez mil seres. El Viento. Hay algo que acaricia mi rostro...
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